1. lo que más me llamó la atención de la práctica es la continua invitación y lenguaje basado en las opciones. Prácticamente cualquier movimiento que continúa se plantea como una opción lo que permite a la persona sentirse más libre de escoger no hacerla si así lo desea y con menos presión a ser juzgada en dado caso. También me llamó la atención que a pesar de que se utilizaron algunas posturas básicas del yoga como utkatasana, la mayoría fueron más de exploración corporal y movilidad, es decir, no se utilizaron las típicas posturas si no que fue más basado en los rangos de movimiento. 

2. Al inicio fue exploración sentados de la movilidad de la parte superior del cuerpo, haciendo estiramientos. Posteriormente la secuencia fue parados y aumentó la velocidad e intensidad de movimiento también incorporando movimiento en la parte inferior. Finalmente, se regresa a sentar a conectar con la respiración y las sensaciones que las posturas y movimientos anteriores dejaron en el cuerpo.

1. Me llamó la atención que comenzáramos con movimientos muy sutiles y sencillos pero a la vez muy poderosos en términos de relajación y activación del cuerpo, así como de las sensaciones correspondientes. También llamó mi atención el hecho de que a pesar de que fue una práctica relativamente sencilla, tuvo un gran efecto en la relajación de mi cuerpo y de mi mente. Aunque la práctica duró solamente unos minutos fue muy provechosa y eso me dio mucha tranquilidad y alegría, eso me sorprendió porque desapareció la creencia limitante que tenía de que una práctica corta y sencilla no podía tener efectos tan considerables. 

2. Durante toda la secuencia se hacía constante énfasis de manera muy "suave y sutil" en la libertad individual para realizar los movimientos y las posturas, es decir, la manera de guiar las secuencias nos daba la confianza y libertad de decidir cuáles sí queríamos llevar a cabo y cuáles no, lo que repercute en fomentar y cultivar el ejercicio de poder de decisión que tiene cada uno sobre su propio cuerpo. Los movimientos iniciales fueron relativamente sencillos de realizar, aunque muy reveladores para comenzar a hacer consciente cómo se encuentra nuestro cuerpo y conforme avanzaban las secuencias, éstos se volvían más retadores al involucrar más partes del cuerpo. A grosso modo comenzamos estando sentados y solamente involucrar hombros, brazos y cabeza y continuamos de pie involucrando el movimiento de casi todo el cuerpo para terminar poco a poco y volver a sentarnos o en mi caso cerrar con Savasana, en dónde terminé de integrar los beneficios de la práctica a distintos niveles, los cuales me dejaron muy satisfecho y en paz al también haber introducido la respiración consciente de manera muy amigable. 

Pienso que la mezcla entre la combinación de las secuencias, la energía en la voz y las palabras para guiarlas, así como el pranayama aparentemente "sutil" que se llevó a cabo, hicieron que, a pesar de parecer una práctica corta y sencilla, fuera muy poderosa y eficaz.

La forma en que se facilitó la práctica es algo que me llama mucho la atención, el uso de lenguaje de invitación para que el participante explore la práctica le da un efecto de accesibilidad grande. Si bien es cierto que cuando yo voy a mis clases de yoga existe la libertad de modificar las posturas a partir de las condiciones personales, pues a veces no se menciona esa libertad desde el inicio, todavía es más raro que en cada uno de los ejercicios de movimiento se le haga incapié y se refuerce esa invitación de explorar/modificar o abandonar el ejercicio si no es lo necesario para el individuo en  ese momento. Este sentido de libertad de elección es lo que a mí me pareció muy bueno pues se muestra a la práctica bastante accesible. El tono de voz también contriubuye al ambiente de invitación.

* De lo que recuerdo de la práctica es que comenzamos con movimientos simples de la zona de hombros y cuellos, movimientos que se invitaban a hacerlos en el ritmo de cada participante, como movimientos de "apertura" que me sirvieron a llegar al momento de la práctica con suavidad y poco a poco con las repeticiones llegar más presentes al grupo. Los movimientos iniciales  recuerdo que fueron ofrecidos desde una postura sentada, lo que me ayudó con la sensación de calma. En la parte final recuerdo que fueron movimientos un poco más dinámicos, incluso ya se ofrecían desde una postura parada y se le invitaba al participante a saltar, a soltar más el cuerpo. En la parte final de relajación se invitaba a explorar las sensaciones del cuerpo (bueno en realidad no recuerdo muy bien si durante la práctica también se invitaba a poner atención en las sensaciones-el video lo ví ya hace varios días y no lo tengo muy fresco).

@nailujmmprotonmail-com 

Efectivamente, el lenguaje invitacional es parte fundamental del yoga informado en trauma! Queremos compartir el poder que tenemos al facilitar una sesión de yoga con los participantes y recordarles que tienen el control (ese que pierden al estar en prisión) al menos sobre sus cuerpos, al menos durante el tiempo que dure la sesión...Con esto ayudamos al sistema nervioso a que pueda tal vez salir del modo supervivencia y quizá volver a uno más equilibrado, donde sus decisiones no sean "para complacer al profe....para lucirme haciendo tal..."etc  sino realmente que escuchen lo que su cuerpo les dice, permite, necesita...

Y si, la secuencia es tal como la describes:

Empezamos en silla -lugar de seguridad, ya estábamos ahí además...con movimientos articulares conscientes de cuellos, hombros, etc y luego nos pusimos de pie con algunos movimientos de esfuerzos físicos que ayudan a descargar un poco más la tensión, soltar con algo de mov fluidos y finalmente volver a hacer una pausa, descanso al final 🙂

Seguimos!

Luisa